La ficción de lo real

CRÓNICA

“Oh Dios, me acabo de sentir tan viejo”.

Son las palabras que entre risas salen de la boca de Julián David Correa, director de Cinematografía del Ministerio de Cultura de Colombia, al preguntar quién recuerda la serie Revivamos nuestra historia. Y es que en la noche del 2 de octubre, en el auditorio del Teatro Explora, relucen rostros jóvenes que, atentos, llegaron a la charla: “La vida real en historias de ficción audiovisual”.

Cada vez la realidad es más compleja y las historias basadas en hechos reales tienen un jugoso centro, que encuentran en el espectador un interés inminente. La combinación entre ficción y realidad, está detrás del auge de las series y documentales. Diego Enrique Osorno, periodista, escritor, guionista y director mexicano de la serie documental de Netflix 1994, cuenta que la transformación tan radical de la cotidianidad, lo hizo pasar de la crónica como la base de informaciónpara nutrir un documental, y es que en su equipo de trabajo siempre están cineastas y periodistas con hambre de realidad.

Es el momento en el que se presenta un contraste interesante en el conversatorio, con dos países, Colombia y España, porque la pérdida del pudor es la propuesta de Juana Uribe Pachón, guionista y vicepresidenta del Canal Caracol. En Colombia se están produciendo series que hablan de personajes puntuales y hechos históricos, un “matrimonio” entre la realidad y la ficción. Mientras que Jorge Carrión, periodista, escritor y columnista, argumenta que en las series españolas no se pronuncian nombres propios, ni datos reales y que cuando lo han hecho, se desatan problemas.

Los riesgos son para aplaudirlos, la audacia y el atrevimiento de mostrar los hechos de una forma fantástica y real. Generar sensaciones es el trofeo de la crónica y el documental, al permitir que el público viva la experiencia de la realidad. Un escapismo a la fantasía distópica con una información entretenida y que de cierta forma está enseñando.

Llega un tema neurálgico, la crisis del periodismo, en la que tienen identificada una causa: las redes sociales. Juana, Diego y Jorge mencionan que la crisis es para los periódicos y que, por el contrario, el periodismo debe evolucionar, lo ven como una oportunidad y un reto de contar historias de una mejor manera, usando el algoritmo de la pasión y la intuición.